27 febrero, 2016

Nadie murió aquí

Palabras yunque
forjando la espada
que atravesará mi alma.
Un ruiseñor trae con su canto
la premonición de su fría hoja
hundiéndose en mi pecho.
Alguien acecha, al otro lado del espejo,
esperando a que yo me derrumbe.
No lloraré, la noche me está mirando.
Tú me invocaste y ahora
me llamas fantasma.
En mi epitafio, palabras
que parecían de amor;
mas era el dolor,
llamándome por mi nombre.
¿Quién soy? No sé, soy sin ti
y en eso sí me reconozco.
En mi sueño, un hombre recita 
repetidamente mi epitafio 
para salvar su culpa:
"Nadie murió aquí".

24 febrero, 2016

Procrastinar

Bebo de la vida 
el bucle incesante del caos 
y me emborracho 
de pasados infernales, 
de futuros imposibles 
y de presentes que huyen de mí.
Sé que en el cementerio 
de mis sueños
danzan más cadáveres 
decapitados por la inconstancia 
que por el miedo
y eso sí que me asusta;
 pero es que nunca 
he sabido rendirme,
siempre he sido más
de procrastinar.

23 febrero, 2016

Yo también quiero hablar de viajes astrales contigo


Soy esa mujer 
a punto de saltar 
desde un poste de alta tensión
que decide no hacerlo, 
solamente,
porque un pájaro,
posado en el cable,
la ha mirado a los ojos 
y la ha visto.
Mis sueños son el eco 
de mi último grito
en una montaña 
donde dije "te quiero"
y me creí.
Esta noche querría 
inventar contigo historias
de cómo podríamos 
habernos conocido,
hablar de universos paralelos, 
escuchar a un cuervo
decirnos "nunca más", 
mientras nosotros replicamos 
con un eterno retorno.
Ojalá pudieras 
correrte en mis ojos, 
porque sé 
que, si así fuera, 
ahora no estaría llorando.
Yo también quiero hablar 
de viajes astrales contigo,
puede parecer el título 
de una canción 
de "Love Of Lesbian",
pero realmente es
una petición formal. 
De algo hay que morir, ¿no?
De algo bonito, digo; 
de lo feo ya andamos extinguiéndonos.

Conmigo

 
Se me amontonan 
los sueños en tus manos
y yo con los bolsillos vacíos.
Le he rogado a tus ojos
desde una pantalla de ordenador
y creo que he visto una lágrima
rodar por tu mejilla.
Mañana no sabrás que existo, 
no me inventaste lo suficiente
como para creerme.
Dime, hombre acorazado,
¿por qué dejaste de intentarlo
justo cuando me inmolé?
Pensaba que te gustaba
mi pelo de fuego, 
pero quizás no soy 
desde hace mucho más tiempo
 y yo no he querido verlo
por tener mi alma posada
en palabras que escribiste para otras. 
Me creí todas ellas
y ahora ya no puedo olvidar
que un día tú quisiste intentarlo.
Conmigo.

(Imagen de Bansky)

22 febrero, 2016

Cráteres

Es lícito mi deambular por la noche
aferrándome a la herida abierta,
la lengua de la luna sabe lamerme
todos los huecos donde no me llego.
Ella entiende de cráteres.
Hace tiempo que no duermo,
pero aún sigo soñando contigo.
¿A quién le estarás aullando ahora?

Napalm



Alguna vez fui un mundo
y cabía en tus manos.
Ahora que todos los bosques ardieron
y me volví mutante,
en ríos contaminados de lágrimas,
me salieron agallas
y ya no muero por tu boca.
Se me quedaron pequeños tus brazos
el día que me dijiste
que el aire ya no te olía a napalm.
Lo siento, no pude soportar
que dejaras de ahogarte conmigo.

Oscuridad

Me siento en el umbral de mi oscuridad
mientras los cuervos anidan en mi pelo,
se me enreda la vida en sus picos torcidos
y nadie viene a peinarme las penas
a esta habitación solitaria de mi alma.
Dime, ¿siempre es de noche o es el sol
que se hartó de brillar para nadie?
Tengo la tristeza incrustada en mis ojos,
haciendo alarde de su apuesta doble.